Clase 2. Durkheim y la noción de hecho social

Se suele presentar a Emile Durkheim (1858-1917) como el primer pensador sistemático de la sociología. En los distintos prefacios  a las ediciones de Las reglas del método sociológico (1895) él mismo señala que aunque en su tiempo ya existía una “ciencia de las sociedades”, la misma estaba repleta de prejuicios propios del pensamiento vulgar, y esto impedía delimitar adecuadamente lo específicamente social de las acciones de los hombres:

“Toda investigación científica versa sobre un grupo determinado de fenómenos que responden a una misma definición. El primer paso del sociólogo debe ser, pues, el de definir las realidades de que se ocupa, a fin de que se sepa de qué se trata, y de que lo sepa bien él mismo. Esta es la primera condición de toda prueba y toda verificación, y la más indispensable; una teoría no puede ser controlada más que si sabemos reconocer los hechos de que debe dar cuenta.

Además, como es por medio de esta definición inicial como se constituye el objeto mismo de la ciencia, éste será o no una cosa según el modo de realizar esta definición.”

(2012, 89)

Si el investigador asocia todo lo que se repite con lo social, la sociología como disciplina no tendría objeto propio y bien podría pensarse como derivada de la psicología o biología. Todo fenómeno social no es necesariamente objeto de la sociología, para serlo debe presentar características bien definidas que Durkheim engloba en lo que va a ser EL objeto de estudio: los hechos sociales.

Resulta imprescindible para Durkheim partir de esa definición porque está intentando sentar las bases de una ciencia específica, cuyo objeto y método también son específicos. Los hechos sociales no pertenecen al campo biológico ni al psicológico, son de otra naturaleza, sin por ello dejar de ser una realidad objetiva, plausible de ser analizada con rigurosidad científica. Los hechos sociales son el objeto de estudio de la Sociología y no hay entonces motivo alguno para buscar fuera de ellos sus razones de ser. 

¿Qué son los hechos sociales?

Los hechos sociales son maneras de hacer y pensar que no podemos modificar a voluntad porque son externas a los individuos, aunque puedan ser interiorizadas y asumidas como propias. Son coercitivos precisamente por su carácter de externos, en el sentido de que no son creación de una voluntad.

La conceptualización de los mismos como “cosas” tiene la intención de diferenciarlos de las ideas en tanto “no se compenetran con la inteligencia de manera natural”, debemos abordarlos partiendo del hecho de que los ignoramos en tanto que tales (rigor metodológico).

¿Cuáles son sus características?

1) ser exteriores a los individuos

2) coercionarlos indistintamente

3) estar generalizados al interior de la sociedad y existir con independencia de las manifestaciones individuales.

Los hechos sociales son tales en tanto coercionan desde afuera a los individuos que conforman la sociedad. Esto es así porque la sociedad supera infinitamente al individuo tanto en el tiempo como en el espacio y está en condiciones de imponerle los modos de actuar y de pensar que ella misma, con su autoridad, ha consagrado.

(Vale aquí introducir la conceptualización que él hace de la sociedad como totalidad supraindividual: ésta no es simplemente la suma de los individuos que la componen)

La influencia coercitiva que tienen los hechos sociales en las conciencias individuales es un punto vital en la caracterización de los mismos ya que aquellos no son producto de voluntades individuales, son externos al individuo, lo anteceden y ejercen presión de manera más o menos directa, más o menos evidente. La prueba de su coacción se vuelve evidente, dice Durkheim, cuando uno intenta resistir, y pone como ejemplos desde una sanción penal por un delito, a la risa y alejamiento producto de vestirse por fuera de las convenciones de la época y grupo del que un individuo participa. 

Durkheim pone la educación de los niños como vidriera de las características de los hechos sociales por él delimitadas. Dice que allí puede verse de manera más clara el esfuerzo continuo por “Imponer al niño formas de ver, de sentir y de actuar a las cuales no llegaría espontáneamente (…) Si con el tiempo deja de sentir esta coacción, es porque poco a poco engendra hábitos, tendencias internas que la hacen inútil, pero que la sustituyen porque derivan de ella.” (2012, 101)

La construcción de un método para explicar lo social: lo normal y lo patológico; causa y funciones.

El delito como ejemplo de hecho social:

Durkheim llega a la presentación del crimen como hecho social normal a través del siguiente razonamiento: si bien todo hecho sociológico puede revestir múltiples formas, existen dos clases entre esas formas, las que están extendidas por toda la especia y las que son excepcionales. Dice Durkheim: “Llamaremos normales a los hechos que presentan  las formas más generales y daremos a los otros el nombre de mórbidos o patológicos.” (2012, pg.100)

Si bien un hecho social, dice el autor, no puede considerarse normal para una especie determinada sino en relación a una fase de su desarrollo, el crimen está presente en todas las sociedades, en todas las fases. Varía, sí, aquello que la sociedad entiende por crimen.

¿Cuál sería la causa del delito y cuáles sus funciones principales?

La causa es la imposible uniformidad universal y absoluta de la conciencia moral de un pueblo. No existe sociedad sin criminalidad. Esta varía de forma pero siempre se cometen “actos que ofenden ciertos sentimientos colectivos que están dotados de una energía y una nitidez particulares” (pg. 111). Esos sentimientos varían también.

Respecto a las funciones, el autor manifiesta que una de ellas es la de mantener la distinción al interior de una sociedad entre lo que ofende y violenta la conciencia moral colectiva y lo que no. La otra tiene relación con la evolución y cambio a lo largo del tiempo de la moral de cada pueblo: “Nada es bueno indefinidamente y sin medida. Es necesario que la autoridad de la que goza la conciencia moral no sea excesiva; de otro modo, nadie se atrevería a levantar la mano contra ella y ella se fijaría demasiado fácilmente bajo una forma inmutable. Para que pueda evolucionar, es necesario que pueda aparecer la originalidad individual, y para que pueda hacerlo la del idealista que sueña con superar su siglo debe ser posible la del criminal, que está por debajo de su tiempo. No hay una sin otra.” (pg.115)

A modo de cierre esta clase, les dejo estas últimas palabras del prólogo a la edición del 2012 de Emilio de Ipola:

“Ya que si podemos considerar a Durkheim un auténtico fundador y acordar a su pensamiento un vigor que no se resigna a envejecer, es porque dicho pensamiento fue el primero que intentó –más allá de las bellas ficciones del Iluminismo, imaginando un contrato voluntario, producto de una operación inexplicable, sin origen ni memoria, de la Razón- plantearse y responder sustantivamente a la pregunta ¿Por qué existe lo social, el ser-en-conjunto, el ser-con-los-otros y no, por ejemplo, guerra de todos contra todos, mera atomización? Esta pregunta presupone la contraria, que Durkheim tampoco descuidó: ¿Por qué hay también lo anti-social, lo a-social, el conflicto, la guerra? Pero esta pregunta complementaria está subordinada a la primera (e incluso incluida en ella). Apelando a su propia terminología, diremos que Durkheim intentó y logró responder por primera vez científicamente a ella. Contra lo que consideraba una mera especulación del voluntarismo iluminista, procuró buscar la solución en la solidez de los hechos, en las imposiciones de la naturaleza y de la historia, en las características y en la iniciativa de los seres humanos. Muchos otros interrogantes surgieron y encontraron solución a partir de esa cuestión inaugural. La obra entera de Durkheim lo muestra fehacientemente. Por ello, todo sociólogo, aún no durkheimiano, aún adversario de Durkheim, guarda para con él una deuda inestimable.”

(2012, 16)

Material audiovisual adicional:

Referencias bibliográficas

Durkheim, Émile, Las reglas del método sociológico. Buenos Aires: Gorla, 2012.

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